13 jun 2006

Te estás volviendo loco

Esta situación ya es innegable: te estás volviendo loco. Lenta e irremediablemente vas perdiendo todo resto de razón que aun conservabas, y esa mujer nunca se va a borrar de tus ojos, sus miradas te van a espiar detrás de cualquier frutilla, de cualquier libro, de cualquier canción.
Un largo tiempo te engañaste a ti mismo. Te escondiste, te escapaste por caminos oscuros que nunca te interesó recorrer, te alejaste del único lugar al que querías llegar. Y no tenías más remedio que hacerlo, porque te estaba prohibido entrar a tu Tierra Prometida sin antes vagar errante en el desierto.
Más cuando el desierto se acabó, finalmente comprendiste lo que claramente siempre se supo y que tu atormentada razón no quiso ni quiere entender: no puedes cruzar ese río, esa Tierra Prometida no te fue prometida por nadie más que tu propio iluso deseo.
Ya no queda forma de seguir engañándote a ti mismo, la cruda realidad (la Verdad con todas sus letras) te abofeteó en la cara por última vez, abriéndote los ojos. Ya no hay forma de seguir negando, la palabra ya está escrita y esa mirada te acecha en cada rincón de tu melancólica ciudad. La razón finalmente abrió las puertas de tu ser, invitando a la locura a entrar; tan solo ella puede salvarte de aquello que la razón se vio obligada a aceptar.
Y así subís un paso más en la eterna escalera en espiral que no lleva a ninguna parte. Te refugias en la locura, te cerrás a la realidad que finalmente tuviste que entender y te revolcás de dolor cada vez que encontrás esa mirada en algún lugar que antes te fue tan preciado. Y sin embargo no podés contenerte, segundo tras segundo le hacés guiños incoherentes a esos ojos que ya no sabés si te miran o te ignoran, mandás mensajes absurdos que quizás no sean recibidos, y en todo caso no bienvenidos.
¿Cuál es el siguiente paso en tu aquelarre pasional? ¿Volverás a negarte todo aquello que ya has tenido que aceptar? ¿Te resignarás a alejarte, con la frente marchita? (¿O eso significa volver? Ya no lo recuerdo)
Pasarás por todo ello una y otra vez, desgastando los escalones, te sentirás revivir, sentirás que la cordura corre una vez más por tus venas (pobre iluso) y volverás a amar aquella mirada que tan loco te vuelve en estas noches negras, porque siempre que estés al borde del abismo me preguntarás “¿No puedo haberme equivocado?” y yo, compartiendo fervientemente tus deseos que también son míos, te diré muy cautamente “esperemos que así sea”, y ello será suficiente para que tu alma junte algunas vanas esperanzas capaces de nublar una razón tan mordaz como la nuestra.
¿Existe realmente una chance de que nos hayamos equivocado?
Esperemos que así sea, porque sin esas miradas detrás de cada frutilla o cada canción, la vida se torna cada día un poco más gris.

Esta situación ya es innegable: te estás volviendo irremediablemente loco.



Subiendo cosas que nadie va a leer nunca jamás